Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Quiero invitarles a unirnos en oración por el pueblo de California mientras seguimos enfrentando los efectos de la ola de calor y los devastadores incendios forestales que nos han plagado en los últimos días.
Los socorristas están desafiando el alto calor y las tormentas de fuego impredecibles en terrenos difíciles, a menudo con gran sacrificio personal, para defender vidas y propiedades. Las familias están siendo evacuadas, incluso rescatadas, de incendios que invaden sus barrios y amenazan sus hogares, y a menudo sin saber dónde podría ser seguro ir, aun en medio de la pandemia. El humo tóxico ahoga nuestro aire y nuestros pulmones.
Pero no estamos solos: Dios está con nosotros. Él es nuestro refugio y nuestra fuerza, especialmente en momentos de oscuridad. Su amor por nosotros es más feroz que cualquier fuego, más fuerte que cualquier enfermedad, más firme que lo desconocido. Oremos para que proteja a nuestras familias, vecinos y a los más vulnerables entre nosotros; que guie y proteja a nuestros bomberos, socorristas y a todos los que trabajan incansablemente para aliviar estos desastres. Hagamos brillar la luz de Su amor ayudando a aquellos que pueden necesitar comida, refugio o un oído compasivo. Nunca olvidemos que, con Jesucristo, todas las cosas son posibles.
Algunas de nuestras parroquias y escuelas están cerca de las zonas de evacuación y están tratando de ayudar a sus feligreses afectados. Pido sus oraciones por ellos. Además, observemos como la calidad del aire en nuestras áreas fluctúa en los próximos días, y por favor manténgase en contacto con su parroquia para cualquier cambio en los horarios de misa. Al orar por el pueblo de nuestra Diócesis de San José y más allá, les aseguro de mis propias oraciones por ustedes, por sus familias y por su vida de fe en estos días difíciles.
Permanezco suyo en Cristo,
Monseñor Oscar Cantú, STD
Obispo de San José