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Diciembre de 2019

El Misterio Navideño: ‘La Palabra se hizo Carne y puso su Morada entre nosotros.’(Jn 1:14)

Una vez escuché a un sacerdote a quien respetaba profundamente decir algo sobre la Navidad que me preocupó. Él dijo que la Navidad era más para niños, mientras que la Pascua era realmente para los adultos. Esta declaración me incomodó, por que a pesar de que el misterio navideño es más fácilmente accessible a los niños de lo que podría ser el misterio de la Pascua, la Navidad no es superficial ni superflua. Por el contrario, el misterio navideño es profundamente penetrante ya que proporciona la base para comprender el significado clave del misterio de la Pascua.

El Catecismo de la Iglesia Católica cita la conmovedora expresión de San Atanasio: ‘el Hijo de Dios se hizo hombre para que podamos ser Dios’ (CCC 460). Esto a veces se conoce como el ‘gran intercambio’: Dios entra en la condición humana para transformarlo, sanarlo y elevarlo, para que la humanidad pueda disfrutar de la comunión con Dios. De hecho, no hay nada superficial o superfluo en ese aspecto del misterio Cristiano. Este es el profundo significado de la celebración Navideña: Dios entra en nuestro mundo, nuestra humanidad, para que podamos entrar en su mundo, su divinidad.

Podríamos ha una pregunta más en todo esto: ¿por qué Dios hace esto? El no tiene que hacerlo. Se humilla a sí mismo para entrar en nuestra humanidad libremente, por amor—amor por ti y por mi. Los invito a todos a reflexionar sobre este misterio del amor ilimitado de Dios durante esta temporada Navideña. Tomemos el tiempo para reflexionar sobre la tranquila serenidad de la escena del Pesebre: José y María en adoración del recién nacido Jesús. Esta escena nos habla profundamente de la presencia silenciosa de Dios, pero profunda presencia en el mundo, y si le permitimos entrar en nuestras vidas.

En esta temporada de Navidad, oro para que el misterio sagrado del nacimiento de Jesús penetre en nuestras vidas, nuestras familias, nuestras relaciones, nuestro trabajo y actividad, para que podamos conocer el poder de la Encarnación que siempre funciona dentro de nosotros—transformandonos, sanándonos, elevándonos a la comunión con un Dios que nos ama más allá de nuestra imaginación.

Tenga la seguridad de mis oraciones diarias para usted, especialmente en esta temporada  Navideña.

Obispo Oscar Cantú