Límites Personales en el Mundo Virtual & Medidas Apropiadas de Seguridad

By The VIRTUS® Programs

Nunca antes ha sido el concepto de “límites personales en el mundo virtual” más importante que hoy en día, puesto que más personas se han suscrito a varias plataformas virtuales para conectarse con otras. Como consecuencia, nos encontramos en una situación caracterizada por la necesidad cada vez mayor de delinear nuestros límites personales con más claridad, de manera que nuestro comportamiento en línea sea tan apropiado como debería serlo personalmente y que nuestros niños estén seguros. Independientemente del papel o del lugar que usted tenga en la vida de un niño, el punto de enfoque del presente artículo es ofrecer un contexto de límites personales apropiados y de mejores prácticas para ayudarle al adulto consciente a mantener una interacción y una conversación en línea con los jóvenes, que sea profesional y tenga la debida supervisión.

Definiciones: ¿cómo se comparan los límites personales con los del mundo virtual?

Nuestra vida está formada por una serie de relaciones—que incluyen relaciones entre familiares, colegas, compañeros, conocidos, mentores, amigos y otras personas. Toda relación sana exige una serie de límites personales, que pueden imaginarse como líneas que separan a una persona de otra. Los límites personales pueden ser físicos, emocionales, conductuales y espirituales y difieren según la relación y el contexto de la misma.

Al considerar que, ahora más que nunca, la gente usa la tecnología para trabajar, comunicarse, hacer visitas y aun aprender a distancia, surgen muchas preguntas sobre la forma de mantener límites personales apropiados, particularmente los existentes entre los adultos que interactúan con menores y la forma de supervisarlo todo.

Desafíos de los límites personales en los entornos en línea

Los límites personales en los entornos virtuales en línea son difíciles de establecer y mantener, principalmente porque la plataforma virtual, la aplicación o el “entorno en línea” se convierte en un “lugar” que está intrínsecamente situado donde otras personas no pueden ver ni oír lo que sucede ahí. Los riesgos más graves en un entorno en línea “fuera del sitio” surgen cuando los adultos dejan de mantener límites personales apropiados o los jóvenes perciben erróneamente la atención que reciben en línea como algo que va más allá de su carácter educativo y platónico. La interacción por medio de la tecnología permite compartir pensamientos personales, contenido emocional y sentimientos privados con más facilidad que “personalmente”. La tecnología también permite tener una conversación individual con otra persona fuera del alcance de otras, con lo cual anula la responsabilidad y tal vez amplía la noción de indetectabilidad para las personas que no tienen las mejores intenciones.

Lo cierto es que la vasta mayoría de los adultos al servicio de los jóvenes no abusarán intencionalmente de la naturaleza de la interacción en línea, pero algunos lo harán. Como consecuencia, todos tenemos una mayor responsabilidad de asegurarnos de que nuestro propio comportamiento sea apropiado. Debemos hacerlo para cumplir con las metas de la interacción específica en línea y para abstenernos de condicionar involuntariamente a un niño a aceptar con más facilidad el comportamiento inapropiado de alguien más en línea. Independientemente de su papel en la vida de un niño, los principales metas de su interacción en línea y en vivo con los jóvenes son las mismas: dar a los menores lo que necesitan y mantenerlos seguros al hacerlo.

Mejores prácticas para los adultos conscientes que utilizan la tecnología como medio de comunicación

Para las personas que trabajan con los jóvenes y están a su servicio por medio de la tecnología—ya sea que se comuniquen en línea de una manera temporal o durante una situación a largo plazo—hay reglas específicas y mejores prácticas que los adultos confiables deben seguir con respecto a las redes sociales, la interacción en línea e Internet. Primero, remítase siempre a las políticas generales de su organización. A continuación se presenta una lista de mejores prácticas adicionales sobre la forma de interactuar—de una manera segura-—con los menores bajo su cuidado durante reuniones, sesiones de chat, visitas y actividades educativas y de servicio con ellos en condiciones apropiadas por medio de Internet.

Mejores prácticas para todos los adultos al servicio de los jóvenes:

  • Utilicen la tecnología (como dispositivos, aplicaciones y plataformas) sancionada por la organización. Esto también incluye mantener privado su número telefónico personal siempre que sea posible, puesto que la mayoría de las opciones de videoconferencia en línea tienen opciones incorporadas de audio y de voz.
  • Mantengan privadas las cuentas personales en las redes sociales. Los adultos que trabajan o que sirven de voluntarios con los jóvenes no deben usar su correo electrónico ni sus cuentas personales en las redes sociales (como tampoco su número de teléfono personal) para comunicarse con los menores. Si la organización no tiene su propia cuenta oficial para que ustedes la usen, fuera de su propia cuenta personal, trabajen con los supervisores para crear una que también ellos puedan supervisar.
  • Eviten “agregar amigos” o comunicarse con menores usando cuentas personales o mensajes privados. En ningún caso debe utilizar un adulto consciente una cuenta personal para enviar una solicitud para “agregar amigos” a un menor bajo su cuidado, o conocido de ese adulto, por causa de su trabajo o ministerio.
  • Reúnanse con los menores en grupos en línea, nunca a solas ni individualmente. Las reuniones virtuales pueden incluir a otros estudiantes o padres de familia para mantener la transparencia. Cuando sea posible o necesario con fines de la debida supervisión, también se debe incluir a otros adultos de su organización.
  • Mantengan una comunicación apropiada con los menores y con otros adultos. Los padres o el guardián deberán recibir una copia de toda comunicación enviada a un menor en particular. Mantengan el tono del lenguaje profesional y formal, como lo harían “personalmente”.
  • Comuníquense con los jóvenes en un horario apropiado: Aunque es comprensible que, a veces, se puede interrumpir el horario normal de operaciones, es indispensable observar límites personales apropiados al comunicarse específicamente con los menores.
  • Tengan en cuenta que los estudiantes verán el lugar donde están ustedes y los oirán desde allá durante las reuniones y las clases en línea. Esto incluye lo que se puede mostrar, ver y oír. Tengan en cuenta que algunas imágenes pueden ser inapropiadas, por ejemplo, estar sentados en una cama durante una videoconferencia o mostrar un lugar con ropa interior en desorden durante una reunión, etc.

Acepten la mayor responsabilidad de intervenir si ven o sospechan que existe un contenido inapropiado o alguna prueba de abuso.

Los adultos que están al servicio de los jóvenes son maravillosos por muchas razones—una de las cuales es por la vigilancia que ejercen con respecto a la protección cuando los niños están en la escuela o participan en actividades. A veces, eso significa comunicarse con los servicios de protección infantil cuando tienen conocimiento de señales o sospechas de abuso y abandono de los niños. Sin embargo, cuando los niños no están nunca en la escuela ni en actividades públicas durante épocas de estrés, podría haber más riesgo porque no tienen ese contacto adicional con las personas que están ahí para ayudarles—y las señales de alerta de abuso cuando alguien está detrás de la pantalla de la tecnología no son tan obvias como cuando se presenta en persona— independientemente de la fragilidad que pueda tener esa pantalla. Al interactuar con los jóvenes en línea, los adultos que están a su servicio o, de hecho, cualquier adulto consciente, deben responder en forma apropiada a cualquier cosa que se diga o se observe que pueda perjudicar (o que haya perjudicado) a los jóvenes. Imagínense las graves consecuencias que podrían derivarse de la falta de acción de un adulto después de tener preocupaciones por la seguridad de un joven.

Mejores prácticas adicionales para los padres y guardianes:

  • Modelo de conducta apropiada. Todo lo que se haga con la tecnología puede ser observado por otras personas—esto incluye cuánto tiempo pasan ustedes en la computadora, el equilibrio entre el tiempo pasado en Internet y en la vida familiar, lo que hacen en línea y en sus dispositivos tecnológicos, como un teléfono o una tableta, cómo responden a las situaciones inapropiadas que encuentran, cómo se comunican para hablar de sí mismos, el lenguaje que usan, las imágenes que publican, etc. En el caso de los padres que tienen jóvenes en la casa, todo esto lo observa su cerebro impresionable en proceso de desarrollo.
  • Pónganse a disposición. Primero, hagan el mejor esfuerzo posible por participar directamente en la tecnología utilizada por los menores, ver lo que ellos ven en línea, oír lo que oyen—hacerles preguntas y asimilar todo juntos. Sin embargo, a veces utilizamos temporalmente la tecnología con los jóvenes mientras hacemos algo más, como preparar una merienda a la vista, responder rápidamente un correo electrónico de trabajo mientras estamos junto a ellos, etc. Según la edad del menor, si ustedes no pueden participar en forma inmediata y directa en la interacción virtual o física con los jóvenes, asegúrense de estar cerca y listos a comunicarse si fuera necesario.
  • Esperen que se les incluya en todas las comunicaciones entre los adultos al servicio de los jóvenes en su vida y los jóvenes bajo su cuidado; luego cerciórense de que así sea. Cualquier persona u organización al servicio de los jóvenes debe obtener su autorización por escrito para comunicarse con los menores por vía electrónica. Vigilen minuciosamente cualquier llamada que se haga por video.
  • Controlen el acceso: Comuníquense con los jóvenes sobre qué sitios y aplicaciones son de uso aceptable; controlen a qué aplicaciones acceden o cuáles compran en realidad; utilicen una contraseña de acceso y compártanla con ellos; instalen software de protección de la seguridad, etc.
  • Limiten el uso de tecnología por los menores. Programen “horas de descanso” de la tecnología puesto que los menores (según la edad) podrían estar en línea todo el día en clases o… en juegos. Consideren la posibilidad de limitar el uso de dispositivos digitales a determinadas horas del día para que eso no domine el día ni la atención de cada persona. Además, manden salir a todos a hacer ejercicio y refrescar la perspectiva.
  • Vigilen el comportamiento de los jóvenes en los propios dispositivos o aplicaciones que usan. No hay ningún instrumento que ustedes puedan usar que funcione tan bien como la comunicación personal y el examen de la tecnología, pero también es útil instalar software de protección de la seguridad y utilizar todos los “controles parentales” que ofrecen las aplicaciones. Eso también podría significar un examen de las aplicaciones que tiene el dispositivo, crear cuentas paralelas con las que ustedes puedan interactuar, observar a los jóvenes en el sitio, etc. Además, habiliten y vigilen regularmente la configuración de privacidad de las aplicaciones y los dispositivos que usa su hijo. Establezcan y discutan las reglas y expectativas de la familia con respecto al uso de Internet y cómo exigir responsabilidad mutua. Sean constantes en su actuación.
  • Ayuden a los menores a entender qué significa mantener la privacidad en el mundo digital y la importancia de hacerlo. Esto tiene que ver con lo que los jóvenes comparten en línea sobre sí mismos, intencionalmente o no. Tomemos tiempo para enseñarles a pensarlo dos veces antes de publicar cualquier cosa personal, incluso qué información se puede obtener sobre ellos a partir de sus alrededores, el lugar donde están, la ropa que usan, la comunicación, etc.
  • Enséñenles cuáles son los “pasos siguientes” si se observa un comportamiento o material inapropiado por medio de sus aplicaciones o de sus dispositivos digitales: esto podría incluir material que intimida y hostiga, manipula, acosa o revela información privada. El primer paso consiste en que los jóvenes hablen con un adulto confiable—ellos deben saber que pueden acudir a ustedes o a otro adulto de confianza si se sienten incómodos o perturbados (aun si ustedes están en una reunión o haciendo algo más que sea importante). El segundo paso consiste en denunciar. Es posible que la aplicación tenga funciones para denunciar el abuso; CyberTipline también es una excelente herramienta de denuncia; se puede obtener más información aquí.
  • Mantengan los límites aun con sus amigos y familiares “que no saben cuáles son” y, siempre que sea posible, edúquelos. Sin embargo, recuerden que su comportamiento no está determinado por la política sobre el uso de las redes sociales o de la tecnología de una organización y que, a pesar de sus buenas intenciones, podría surgir algún problema. Observen estas interacciones también, planeen enseñarles lo que es y no es apropiado, interrumpan al instante cualquier comportamiento inapropiado y tengan conversaciones con los jóvenes después si algo no estuvo bien.

Recordatorios útiles para todos:

  • Si ven algo inapropiado o ilegal, es indispensable que se lo comuniquen a la persona o al lugar apropiado. Esto podría significar comunicarse con los servicios de protección infantil de su estado si ustedes tuvieran aunque fuera una sospecha de abuso; también podría significar que es necesario hacer una denuncia directamente dentro del sitio o de la aplicación correspondiente o a report.cybertip.org.
  • Su comportamiento en línea importa, aunque nadie esté “mirando”. Creen una buena reputación en línea para poder enseñarles a los menores lo que deben esperar de los adultos confiables en línea.
  • A veces podríamos necesitar asistencia para enfrentar nuestra situación cuando estamos ansiosos, tristes, estresados o abrumados o en épocas de incertidumbre, etc. Esto les sucede también a los jóvenes y a veces hay que buscar ayuda profesional. Tomen un momento para respirar y evaluar. Si un adulto o un joven que forma parte de su vida necesita más ayuda de la que ustedes pueden (o deberían) dar, consideren la posibilidad de usar el recurso de consejería o de terapia en línea, que es una alternativa para las personas que no pueden ir a un consultorio a recibir ayuda.

Unámonos para ver cómo podemos servir mejor a los jóvenes en épocas en que nos comunicamos con ellos por vía electrónica. Un mejor conocimiento de los riesgos, un comportamiento transparente y una intervención cuando el comportamiento de otros parezca ser preocupante nos ayudan a proteger a los niños y a quienes verdaderamente se preocupan por su bienestar.

Referencias:

  1. Nota para el lector: Si no conoce estos documentos de política en particular, tal vez pueda encontralos en el sitio web de su organización o por medio de una solicitud rápida dirigida a alguien que tenga un cargo de supervisión o por medio de la oficina de entornos seguros de la organización.

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