By The VIRTUS® Programs

Además de entender las señales de alerta del comportamiento inapropiado de los adultos y de examinar y seleccionar a los empleados y voluntarios, a cada uno de nosotros, como adultos conscientes, nos compete vigilar todos los entornos, incluso las actividades realizadas con tecnología. Es preciso supervisar todos los entornos y las actividades en las cuales haya niños y jóvenes para velar por que se observen políticas y procedimientos apropiados con el fin de mantenerlos seguros.

Es importante vigilar todos los entornos puesto que los abusadores infantiles buscan formas de pasar tiempo solos con los niños. Aunque la captación suele ocurrir a la vista de todos, es más probable que el abuso ocurra en privado. La vigilancia eficiente de todos los ministerios elimina cualquier oportunidad de que un adulto esté solo con un niño en un lugar aislado, ya sea en un encuentro presencial o virtual. La vigilancia de todos los ministerios también ofrece la oportunidad de mantenerse alerta para identificar cualquier clase de comportamiento o situación que deba abordarse antes de que se convierta en abuso, o cualquier situación problemática que pudiera condicionar a los niños a sufrir abuso con más facilidad.

Como adultos conscientes, ¿cómo podemos vigilar todos los entornos donde hay encuentros presenciales?

  • Obrar con sana precaución con respecto a cualquier entorno donde exista la responsabilidad de cuidar a los niños.
  • Identificar las zonas aisladas; cerrar con llave las salas vacías.
  • Formular (junto con los líderes de la organización) y observar políticas referentes al uso de cualquier lugar (abierto, aislado, externo, etc.).
  • No permitir que los niños entren a zonas reservadas solamente para el personal.
  • Reunirse con los niños solamente donde otros adultos puedan tener libre acceso (como en lugares donde otros adultos puedan verlos u oírlos y ser invitados a verificar la seguridad en cualquier momento).
  • Verificar la situación en forma permanente y aleatoria (si se verifica la situación a la misma hora todos los días, las personas que no tienen las mejores intenciones podrían aprender a anticipar la hora en que se realiza).
  • Asegurarse de que suficientes adultos participen en los programas para tener una proporción apropiada de adultos por cada niño.
  • No comenzar nuevos programas sin la debida aprobación de la organización o de los dirigentes.
  • Fomentar la participación de los padres de familia al permitirles el debido acceso a todos los programas con el fin de evaluar la seguridad.

Como adultos conscientes, ¿cómo podemos vigilar el uso de la tecnología?

  • Usar siempre cuentas y dispositivos sancionados para comunicarse con los jóvenes; deben ser patrocinados por la organización.
  • No usar nunca sus propias cuentas personales para “ser amigos” de los jóvenes, “seguirlos” o comunicarse con ellos.
  • Comunicarse siempre a horas apropiadas con los jóvenes; por ejemplo, si ustedes no llaman a la casa a determinadas horas, tampoco deben llamar ni enviar textos, mensajes ni correos electrónicos a los jóvenes durante esas horas.
  • No tomar nunca ni publicar fotos de los jóvenes sin la debida autorización de la organización y de la familia de los jóvenes; típicamente esto se resuelve por medio de autorizaciones para publicación de fotografías archivadas en la organización (aun con permiso, las fotos se deben publicar solamente en un foro aprobado por la organización).
  • Instalar y usar software de bloqueo o de filtración apropiado.
  • Incluir supervisión por otros adultos para cualquier comunicación o reunión virtual con los niños y los jóvenes; esto ayuda a asegurar que la interacción virtual no se convierta en algo aislado.

Debemos obrar con sana precaución con respecto a cualquier entorno donde haya niños y jóvenes, ya sea en las instalaciones de la organización, en cualquier otro lugar o en el espacio virtual. Las reuniones con los niños y los jóvenes deben realizarse solamente en zonas designadas, donde otras personas puedan ver u oír, y donde se acoja a otras personas y se les anime a observar. La debida vigilancia de todas las reuniones y todos los eventos debe abarcar supervisión y transparencia apropiadas. Aun cuando se trate de una reunión virtual con la participación de menores, otros adultos deben tener permiso y posibilidades de hacerse presentes de una manera segura y verificar, como lo harían en una reunión presencial.

Además, una de las mejores medidas de seguridad que podemos tomar es mantener comunicación frecuente y abierta con los niños y los jóvenes sobre la tecnología de evolución más reciente. Es importante discutir los riesgos, los beneficios y la forma de mantener la propia seguridad al usar tecnología. Antes de aprender a conducir un auto, a los jóvenes se les enseñan las reglas de la carretera y la forma de manejar un vehículo con seguridad. Debe ocurrir lo mismo cuando se trata del uso de tecnología. Hay que enseñarles a los jóvenes a usarla de una manera segura, para protegerse a sí mismos y proteger a otros y decirles qué deben hacer si necesitan ayuda o se sienten atemorizados o incómodos.

Recuerden el espíritu de los cinco pasos del programa Proteger a los Hijos de Dios:

  1. Conocer las señales de alerta de los adultos (también llamado Conocer las señales de alerta).
  2. Examinar y seleccionar a los empleados y voluntarios (o Controlar el acceso por medio de examen).
  3. Supervisar todos los entornos, incluso las actividades relacionadas con tecnología (o Supervisar todos los ministerios y programas).
  4. Prestar atención a los niños y a los jóvenes (o Estar conscientes del comportamiento de los niños y los jóvenes) y
  5. Comunicar sus preocupaciones.

Cada uno de nosotros puede ayudar a prevenir las situaciones inapropiadas y las amenazas recibidas por medio de la tecnología si todo el entorno se vigila a cada momento y también si se siguen los cinco pasos citados. Gracias por todo lo que hacen para contribuir a tener un entorno seguro dentro de su organización y dentro de toda su comunidad.

 

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