Protección de los adultos vulnerables

By The VIRTUS® Programs

Introducción

Aunque todos valoramos la protección de los niños y los jóvenes contra cualquier acto perjudicial, la protección de los adultos considerados vulnerables reviste igual importancia. Si bien cada uno de nosotros puede ser vulnerable en un determinado conjunto de circunstancias, la frase “adultos vulnerables” puede aplicarse, sin carácter limitativo, a las siguientes personas:

  • Personas mayores de 18 años, con afecciones o deficiencias físicas, mentales, emocionales o conductuales.
  • Adultos con discapacidades intelectuales o del desarrollo.
  • Adultos con una dolencia o una enfermedad, o en una situación que les hace imposible defenderse, protegerse o buscar ayuda cuando sufren una lesión o un abuso, o aun privación de libertad personal que, aunque solo sea de vez en cuando, limite su capacidad de entender o de querer oponer resistencia, de cualquier forma, a una ofensa1 .
  • Personas cuya afección o discapacidad les impide cuidarse adecuadamente.
  • Adultos que habitualmente no tienen uso de razón2 .
  • Personas que tienen un tutor nombrado por un tribunal.
  • Las personas de edad, cuyas diversas circunstancias podrían hacerlas vulnerables a otras personas o situaciones que pueden causarles daño.
  • Personas que reciben servicios en el entorno de un ministerio o en uno similar a un albergue, incluso personas sin hogar o residentes en albergues y
  • Adultos que reciben atención de un servicio licenciado de cuidado domiciliario o cuidado personal en su propia casa.

Abuso de los adultos vulnerables

Cada año, se presentan aproximadamente 500.000 acusaciones de abuso de adultos vulnerables a los Servicios de Protección de Adultos. Los estudios efectuados indican que hasta 10% de la población de adultos vulnerables es objeto de abuso y que solamente uno de cada seis casos de abuso suele denunciarse. A menudo es difícil para los adultos vulnerables contarles a otras personas sobre el abuso. Una razón de ello es que con frecuencia las personas abusivas son familiares, profesionales de empresas e instituciones, estafadores y proveedores de cuidado. Los adultos vulnerables que son víctimas de una de esas personas suelen tener miedo de informar sobre lo ocurrido—a veces por temor a represalias o porque dependen del abusador. También pueden sentirse avergonzadas, no recordar lo ocurrido o tener un impedimento físico, verbal, emocional, intelectual o psicológico debilitante que les impide comunicarse o presentarse a denunciar una situación abusiva.

Los patrones y métodos empleados por los abusadores de los adultos vulnerables son similares a los patrones de conducta que usan con los niños. En particular, hay algunos que buscan y “captan” a adultos vulnerables y otros que se aprovechan de situaciones particulares para abusar de otras personas. Estos abusadores se encuentran principalmente entre los familiares, los proveedores de cuidado y otras personas conocidas y de confianza para los adultos. Cuando la víctima es un adulto con discapacidades intelectuales o del desarrollo, el agresor suele ser un proveedor de cuidado. Sin embargo, cuando la víctima es una persona de edad, es más probable que el agresor sea un familiar.

¿Qué podemos hacer?

La buena noticia es que los cinco pasos esbozados en el Programa Proteger a los Hijos de Dios® pueden ayudarnos a prevenir el abuso contra los adultos vulnerables y a responder cuando ocurre. Esos pasos son los siguientes:

  1. Conocer las señales de alerta
  2. Examinar y seleccionar a los empleados y voluntarios
  3. Supervisar todos los entornos
  4. Prestar atención y
  5. Comunicar sus preocupaciones

Algunas señales de alerta de la relación inapropiada de una persona con un adulto vulnerable son las mismas que las que indican que alguien presenta un posible riesgo de perjudicar a un niño. Otras señales que indican que un proveedor de cuidado podría presentar un riesgo de perjudicar a un adulto vulnerable se presentan cuando la persona:

  • Actúa con indiferencia hacia el adulto vulnerable al proveerle cuidado, le presta poca atención o demuestra tener poca paciencia con ese adulto.
  • Evita que el adulto vulnerable hable con visitantes.
  • Mira “mal” o “de manera hostil” al adulto vulnerable para intimidarlo.
  • Recurre al temor o a una amenaza de fuerza para que el adulto vulnerable siga instrucciones.
  • Le quita privilegios al adulto vulnerable.
  • De repente, parece tener una mayor cantidad de dinero en efectivo o cosas más costosas, mientras que el adulto vulnerable parece tener menos dinero o pasa por dificultades financieras.
  • Aísla al adulto vulnerable de otras personas; se niega a permitir la entrada de visitantes; mantiene al adulto vulnerable alejado de otras personas que podrían observar señales de alerta.
  • Grita al adulto vulnerable.
  • Usa fuerza física excesiva o frecuente para restringir al adulto o para “forzarlo” a “cumplir” o a seguir instrucciones.

En el examen y la selección de empleados y voluntarios para trabajar con adultos vulnerables se deben seguir los mismos procedimientos que en el examen y la selección de las personas que trabajan con menores o que están dentro de un ministerio con menores. La supervisión de los entornos donde haya adultos vulnerables debe incluir tomar nota del entorno, observar las señales de alerta de abuso y determinar si existe algún tipo de comportamiento de captación. La supervisión de los entornos también incluye supervisión adecuada de los usuarios de tecnología al interactuar con adultos vulnerables.

Prestar atención a los adultos vulnerables significa que notamos si hay algún indicador que pudiera mostrar que un adulto vulnerable podría sufrir abandono, abuso físico o abuso sexual. Esto podría incluir la observación de lo siguiente:

  • Lesiones como cortadas, moretones u otras heridas que parece que no se han cuidado o que nunca parecen sanar.
  • Mal color de la piel, ojos hundidos, deshidratación o malnutrición aparente.
  • Idas frecuentes al hospital (por razones que no tienen nada que ver con una afección médica crónica).
  • Ropa sucia, dolor aparente al tocar a la persona.
  • Falta de contacto social.
  • Temor, ansiedad, ira, depresión y confusión.
  • Desorientación o confusión aparente e historias exageradas para explicar su situación o sus circunstancias.
  • Las condiciones de vida inadecuadas o la falta de higiene constantemente son causa de preocupación.
  • Temperatura ambiental demasiado extrema en invierno y verano y malos olores en la casa.
  • Posible abuso financiero, que podría incluir la compra de regalos costosos para el proveedor de cuidado, la desaparición de artículos personales y problemas financieros, por ejemplo, relacionados con la tarjeta de crédito, la falta de dinero en la cuenta bancaria o cheques sin fondos.

Comunicar sus preocupaciones

De la misma manera que debemos comunicar nuestras preocupaciones cuando vemos u oímos algo relacionado con los niños y los jóvenes, debemos hacerlo si tenemos una sospecha de abandono o de abuso de un adulto vulnerable. Una sospecha de abandono o de abuso de un adulto vulnerable debe denunciarse a los agentes del orden o a las Agencias de Servicios de Protección de Adultos3 de su localidad.

Además de denunciar el presunto abuso de los adultos vulnerables, también debemos comunicar cualquier preocupación que surja por el comportamiento de su proveedor de cuidado o de otros adultos visitantes o que presten servicios a los adultos vulnerables. Si notamos que un proveedor de cuidado, un familiar u otro adulto se comporta de una manera que indica que son un riesgo para el adulto vulnerable (aun si es solamente una vez o si el riesgo parece ser menor en comparación con otros), debemos comunicar nuestras preocupaciones. En este caso, comunique su preocupación a alguien que pueda hacer algo al respecto, por ejemplo, al supervisor del proveedor de cuidado o al supervisor del adulto visitante o proveedor de servicio. Si usted no sabe con seguridad a quién debe comunicarle su preocupación, comuníquese con la organización representada por la persona en cuestión.

Conclusión

Como miembros de la comunidad, debemos conocer las amenazas que enfrentan las poblaciones expuestas a riesgo y practicar esos pasos para evitar el abuso en primer lugar y detener cualquier abuso continuo de todas las personas vulnerables. Al entender la realidad del abuso contra los adultos vulnerables, considerar nuestro propio comportamiento, aprender estas señales de alerta y comunicar nuestras preocupaciones, nos esforzamos por proteger a quienes tal vez no están en condiciones de protegerse.  Gracias por su compromiso de ayudar a las personas vulnerables en cualquier situación.

 

References
1  Vos Estis Lux Mundi. Accessible online at https://www.vatican.va/content/francesco/en/motu_proprio/documents/papa-francesco-motu-proprio-20190507_vos-estis-lux-mundi.html
2  Charter for the Protection of Children and Young People. Accessible online at https://www.usccb.org/resources/Charter-for-the-Protection-of-Children-and-Young-People-2018-final%281%29.pdf
3  https://www.napsa-now.org/aps-program-list/

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